Ayer leía Marta de Canela y Naranja compartía la banda sonora de su vida, haciendo un repaso a sus grupos y cantantes favoritos en distintas etapas de su vida. Como me encanta la música, me he animado a hacer lo mismo, una pena que todas mis fotos de enana estén en casa de mis padres, me toca ilustrarlo con vídeos de Youtube :)

La primera canción que recuerdo con amor es la intro de Fraggle Rock, una serie que me encantaba y acojonaba a partes iguales, ¡los Goris me daban auténtico pavor! Vamos a jugar (plas plas) Tus problemas déjalos. Para disfrutar (plas plas) ¡Ven a Fraggle Rock!

Además de sintonías de televisión varias (inolvidable Se ha escrito un crimen), la música que escuchaba de canija eran los vinilos de mi hermano mayor aka héroe de mi infancia. Escuchaba sobre todo los discos de Queen, Police, Roxette y Jive Bunny & The Master Mixers (a estos quizá no los conozcáis por el nombre, pero seguro que conocéis su Swing The Mood, donde mezclaban canciones de los 40, 50 y 60). Me encerraba en su habitación ponía un vinilo y bailaba como una posesa.

El primer casete que me compré (madre mía, la palabra casete sí que me hace sentir viejuna) fue Code Red de DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince, o lo que es lo mismo, Will Smith y Jazz del Príncipe de Bel-Air. Sí, amigas, Will Smith fue mi primer amor platónico. Este disco sí que lo bailé como una maníaca, me sabía la coreografía de Boom! Shake The Room de memoria y con 10 años lo bailé en un festival del colegio. Hecho que me trajo mil dolores de cabeza y sufrimientos varios pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión, que diría Michael Ende.

Ya en el instituto me volví absolutamente loca por Blur. Madre mía. Loca. Escuchaba sus discos a todas horas y estaba perdidamente enamorada de Damon Albarn y Graham Coxon. Tenía un poster en mi habitación con sus caras desgastadas de tanto darles besos, hasta que un día me pilló mi hermana, jajajaja… Con ellos y toda la ola Britpop: Suede, Pulp, The Verve, Supergrass, etc. empezó mi fiebre con el Reino Unido, fiebre que todavía me dura. Me encantaba la estética, la música, la ropa, los peinados, todo el rollo effortless cool que transmitían.

Después tuve una etapa metalera con Marilyn Manson como protagonista (cosa que horripilaba a mi madre), junto con otros grupos como System of a Down, Korn o Linkin Park, pero fue una etapa corta y ya nunca escucho ese tipo de música, salvo a Marilyn, que me sigue gustando.

Tras ese extraño episodio, durante la carrera volví a la senda del rock, descubriendo a los clásicos como los Beatles, Led Zeppelin, Deep Purple, Stooges, Creedence Clearwater Revival, The Clash, Ramones, Sex Pistols, mi amadísimo Bowie y mis absolutamente favoritos: los Rolling Stones. Pero no sólo de clásicos vive una veinteañera, mis años de fiesta estuvieron acompañados por la maravillosa escena indie de los 2000: Franz Ferdinand, Kaiser Chiefs, Kasabian, The Strokes, Interpol, Daft Punk, MGMT, Gorillaz, The Hives, Kings Of Leon… en fin, mil grupos que me han acompañado muchas noches de fiestas y muchos días de resaca.

Ahí estoy con 24 añitos: cámara reflex, gorra con calaveritas, camiseta de Jimi Hendrix, Converse… sí, una moderna.

Ahora mismo sigo escuchando a casi todos los grupos que he mencionado en este post, he ido teniendo minifiebres con nuevos descubrimientos como los Sonics, Lana del Rey o Sixto Rodríguez, iniciándome en los 80 (década que he denostado durante mucho tiempo en el tema musical musical), descubriendo a los tatarabuelos del rock, la música disco… en fin, la banda sonora de mi vida, desde luego, suena en inglés.

PD. En los comentarios del post de Marta, Sofie de En una tarde imaginativa “confesaba” ser fan de los primeros éxitos de Julio Iglesias, pues aprovecho para confesar que a mñi me encantaba la canción Torero y estaba “enamorada” de José Luis Rodríguez, ¡¡¡El Puma!!!